Reciclaje de PET: una ventaja para la industria de la construcción
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Una de las acciones más sencillas para contribuir con el cuidado del medio ambiente es el reciclaje de materiales. A través de este proceso, se transforman los plásticos, el cartón, el aluminio y el papel para crear nuevos productos y evitar que se conviertan en agentes contaminantes. Justamente, una de las prácticas ecológicas que ha cobrado más fuerza en la última década está el reciclaje de PET.
El PET es uno de los plásticos con mayores posibilidades de ser reutilizado después de someterse a varios procesos de recuperación. De hecho, esto es lo ideal porque este material puede tardar siglos en degradarse si solo se deposita en un vertedero. Por eso, con tal de evitar que las botellas de PET se conviertan en un agente contaminante, su reciclaje debe generalizarse.
De acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Recursos para Envases de PET en EUA (NAPCOR, por sus siglas en inglés), emplear PET reciclado para la fabricación de un empaque reduce 84% el gasto energético industrial y 71% la emisión de gases con efecto invernadero. En ese sentido, a los dueños de las empresas no sólo les resulta conveniente el reciclaje de PET en términos ecológicos, sino también financieros.
En 2011, Japón se colocaba como el país líder con mayor tasa de reciclaje de PET a nivel mundial con 77.9%, y en Latinoamérica, Brasil estaba en la primera posición con 55.6%. A pesar de que México se ubicaba en 2° lugar en la misma región, aún no existe una cultura de recolección que favorezca el desarrollo de una industria recicladora. Las empresas que realizan esta labor ecológica aún son pocas y de baja producción porque su abasto no suele ser constante.
Muchos desconfían de las propiedades del PET reciclado porque prefieren invertir en materiales nuevos para elaborar envases. Sin embargo, este plástico se limpia a través de procedimientos mecánicos y químicos especiales para recuperar su pureza y calidad originales. Uno de los métodos más avanzados de reciclaje de PET es la metanólisis, que incluso separa los componentes del polímero para que después puedan convertirse en resinas vírgenes.
Lo cierto es que podrían recuperarse alrededor de 3000 envases cada día que podrían ser aprovechados por la industria textil, automotriz, alimentaria e, incluso, las compañías constructoras. Uno de los usos que se le ha dado recientemente al PET reciclado, es el de tejas plásticas para construir el techo de viviendas en comunidades de bajos recursos.
Ésta fue una idea tan innovadora que el emprendedor costarricense Donald Thomson desarrolló un nuevo modelo de botella PET que es más cuadrado y, después de reciclarse, puede convertirse más fácilmente en una teja plástica. Con esto, podría impulsarse la construcción masiva de hogares sustentables en regiones de escasos recursos, sin que esto implique una gran inversión.
Con acciones mínimas usted puede cooperar con los esfuerzos internacionales para revertir el cambio climático y la destrucción de los ecosistemas. Además de los basureros que emplea para separar los desechos orgánicos de los inorgánicos, destine un contenedor especial para recolectar los envases de PET. De este modo, podrá enviarlos a una recicladora especializada para que le den el tratamiento necesario y vuelva a ser un material útil.