Modelos ecológicos mundiales: prescindir de desechables contaminantes
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Una de las invenciones más prácticas y novedosas del siglo pasado son los plásticos, sin embargo, su uso desmedido ha causado problemas al medio ambiente, debido a que estos elementos no pueden ser destruidos fácilmente ni absorbidos por la naturaleza.
Al ser materiales que no se descomponen de forma natural, se acumulan en el medio ambiente y son absorbidos por las plantas, el suelo y los animales. Los desechables contaminantes o no biodegradables pueden entrar en los organismos vivos a través de la comida, los líquidos, la inhalación o a través de absorción directa, causando daños irreversibles a sus organismos y al ecosistema.
Actualmente existen alternativas prácticas y responsables para reciclar o reusar los desechables contaminantes y dejar de contribuir con la contaminación del planeta, países con iniciativas de modelos ecológicos, como Suecia, que en 2015 logró reciclar el 99% de su basura doméstica, evitando que la basura llegue a los vertederos; aprovechándola al máximo. Su estrategia de reducir, reutilizar, reciclar a parte de las alternativas como la incineración y la eliminación por medio de vertederos existe desde los años 70.
Todos, desde los hogares hasta las empresas tienen una responsabilidad ecológica, por ejemplo, los hogares suecos separan papel de diario, plástico, metal, vidrio, aparatos eléctricos, focos y pilas, mientras los desechos orgánicos serán tratados para hacer composta y las empresas están reguladas a través de leyes e impuestos para hacer más grande su participación en esta tarea.
La basura que no puede ser separada terminará en alguna de las 32 plantas incineradoras WTE, que convierten basura en energía. Al quemar la basura, el vapor producido hace girar turbinas generadoras de electricidad. Tres toneladas de basura logran producir la misma energía que una tonelada de aceite combustible. Este sistema ha funcionado tan bien, que el país compra 7 mil toneladas más de basura a países como Reino Unido, Noruega, Irlanda e Italia para procesarla.
Francia, otro país en vías de convertirse en un modelo ecológico, ha optado por medidas más drásticas, como prohibir el uso de estos materiales para reducir el consumo de energía, la cantidad de desperdicios por parte de la industria procesadora de plástico y la contaminación causada por los desechos.
A partir de agosto los franceses no pueden usar vasos, cubiertos ni platos de plástico, y esta medida se suma a la prohibición de las bolsas de plástico vigente desde julio. El gobierno busca que para el año 2020 todos los platos vendidos en Francia provengan de fuentes biológicas y puedan usarse como composta.
Hamburgo, en Alemania, es otra ciudad que se une a la iniciativa de convertirse en un modelo ecológico y ya ha aprobado un plan para dejar de adquirir desechables contaminantes en el que se pretende eliminar el consumo de productos como cápsulas de café, agua embotellada, papel de oficina y platos desechables, al igual que restringir los productos de limpieza que contienen cloro. Un modelo verde como este permitiría ahorrar 51.9 millones de litros de agua y 285 toneladas de CO2.
El alto índice de contaminación medioambiental gracias al plástico hizo que Hamburgo implementara la “guía de la compra verde”; un documento en el que se detalla qué productos no comprar y sus alternativas biodegradables, además de una serie de normas medioambientales y de recomendaciones que incluyen alternativas a los autos e iniciativas como flotas de bicicletas o suscripciones al transporte público.
Las medidas y alternativas de reutilización, reciclaje y la prohibición de algunos materiales no solo ayudarían a reducir la cantidad de elementos nocivos en la tierra, sino, que se podría ahorrar mucho dinero reutilizando estos desechos y así detener la continua creación de más desechables contaminantes.
En este caso, la hostelería es un nicho de oportunidad muy importante, ya que en este sector se pueden implementar modelos de sustentabilidad bastante eficientes incorporando productos ecológicos.
El seguir utilizando desechables contaminantes como bolsas, botellas platos, vasos, popotes y cubiertos de plástico, latas de aluminio, entre otros, es un riesgo y debe ser frenado. Actualmente existen varias alternativas naturales y biodegradables para estos productos, como:
- Cubiertos y tazas comestibles hechos de semillas, totalmente vegetarianos
- Vasos hechos de gelatina
- Platos hechos de hojas y arroz como el tepari en Canadá, que ayudan a la reducción de desechos
- Reciclaje de estos materiales en la construcción, mueblería y en decoración de espacios
- Añadir productos sustentables para la elaboración de platillos
- Cambiar los productos de unicel por empaques de cartón biodegradable
- Ayudar a la eliminación de los popotes
- Cambiar las bolsas de plástico por bolsas que puedan reintegrarse a la naturaleza. Incluso las marcas de este sector podrían incrementar su branding creando bolsas reciclables.
Hay que recordar que vivir sin plásticos es posible y es imperativo evitar los productos de un solo uso, rechazarlos, reducir su consumo y reutilizarlos.